En la película el gran pez, vemos situaciones muy fuera de lo común, ejemplo de esto son la amistad del protagonista con el gigante, la transformación de hombre lobo que sufre el dueño del circo, y al final la transformación del protagonista en un pez. Estos sucesos le dan un toque de irreal a la película y fundamentan los pensamientos del hijo para creer que son habladurías de su padre las cosas que cuenta.
Hay una parte de la película que me llamó la atención más que las otras, y es cuando el protagonista es rechazado por la muchacha que él quería que fuera su esposa porque ella ya estaba comprometida con otro y él piensa para sí mismo: “He llegado tarde, nada puedo hacer para que me prefiera a mí, sólo un tonto seguiría intentando conquistarla… pero yo siempre he sido un tonto”. Dicho y hecho, se volvió al instante hacia la casa y gritó: “Sandra Templeton, ¡¡¡¡me voy a casar contigo!!!!” En las escenas siguientes se ve como el protagonista poco a poco va conquistando el corazón de Sandra, hasta que se casa con él.
Aquí queda demostrado como es que con una determinación tan fuerte puede lograr cosas llanamente imposibles de obtener, aunque tenga uno y mil tropiezos, aunque la gente te diga que no importa, aunque se sienta lejos de lograrlo, la determinación lo cambia. Así se explica que el protagonista haya soportado tantas humillaciones y peligros, y sólo con la esperanza y la determinación de alcanzar, en este caso, el amor de Sandra.
La determinación nos ayuda a no abandonar nuestras metas y nos ayuda a seguir adelante en los momentos de aflicción.
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